De las recetas básicas la de bizcocho de yogur es probablemente una de las que más han pasado de mano en mano, y sobre todo de generación en generación.
A mi esta receta me la enseñó mi madre cuando era muy pequeña y desde entonces siempre era yo la que hacía este maravilloso bizcocho.
Aunque es ideal para desayunos y meriendas, también es una buena opción utilizarlo para hacer tartas. No lo descartéis porque es muy esponjoso y sabroso. ¿Cuál es el problema? Que no es muy alto, sobre todo comparado con la receta que ya subimos, pero así y todo tiene su función.
La repostería tradicional, de la cuál ya iremos hablando más adelante, utiliza muy a menudo esta base para la mayoría de sus dulces, así que a medida que expongamos tartas de este tipo siempre enlazaremos aquí para que la tengáis siempre a mano.
Y aunque estamos seguras de que cada uno de vosotros tenéis vuestra propia receta del bizcocho de yogur, ahí va la nuestra.
BIZCOCHO DE YOGUR
Ingredientes:
- 3 huevos
- 1 yogur de limón
- 1 medida de yogur de aceite
- 2 medidas de yogur de azúcar
- 2 medidas de yogur de harina
- 1 sobre de levadura en polvo
- Mantequilla para engrasar el molde
Preparación:
La clave de este bizcocho es tomar como medida el vasito de yogur, así no tenemos que estar pesando los ingredientes y esto nos facilita mucho el trabajo.
Aunque en nuestra receta os hemos puesto como ingrediente el yogur de limón (que le da un sabor estupendo), también podéis sustituirlo por un yogur natural y añadir la ralladura de un limón.
Este bizcocho es sencillísimo de hacer y si tenéis la oportunidad, hacerlo con niños, les encantará.
Precalentamos el horno a 180º.
Primero batimos (con una batidora eléctrica) los huevos con el azúcar hasta que esté bien integrado.
Seguidamente, añadimos el yogur y vamos metiendo poco a poco la harina y la levadura tamizada. Por último, añadir el aceite.
Cuando tengamos la mezcla bien batida, la vertemos en el molde y metemos al horno a 180º durante unos 30 minutos aproximadamente. MUY IMPORTANTE no abrir el horno durante la cocción o se puede desinflar.
Cuando pase el tiempo veremos ese dulce bizcocho de nuestra infancia saliendo de nuestro horno, con ese sabor tan esponjoso y característico. Si sale demasiado seco, necesitaba más yogur, si sale poco esponjoso, necesitaba más levadura. Así podréis adaptar la receta a vuestro gusto.
¡Hasta el próximo post, mis dulces seguidores!
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