Tartas aparte, cuando nos acercamos peligrosamente a la Noche de Brujas, también conocida como Halloween, nos mordemos las uñas pensando qué vamos a preparar, porque es algo que dentro de nuestro grupo de amigos nos gusta mucho ya que aprovechamos para hacer algo sobre el tema y juntarnos todos.
Nos encantan los tonos que están ligados a esta tradición: naranja, lila y negro, unos colores muy llamativos que hacen que las creaciones que hagamos sean atrevidas, divertidas y muy coloridas.
En casa también vivimos esta noche. A mi niño le gusta mucho Halloween, cada año decora su habitación con telarañas, murciélagos, calabazas y esqueletos, y deja el cuarto que da escalofríos entrar...
Como todos los años, aprovechamos esta festividad para largarnos los amigos a una casa rural, eligiendo cada año un lugar diferente, así escapamos totalmente del día a día y nos peleamos por elegir la casa que vamos a escoger, algo que siempre es sano para reforzar las relaciones. Por suerte, cualquier tensión se olvida en cuanto aparece un dulcísima por la puerta :)
Por nuestra Región hay miles y miles de rincones ideales para ir de casa rural. Todos los años vamos a un sitio diferente y aprovechamos para celebrar juntos la fiesta de Halloween, disfrazándonos y adornando la casa con toda clase de detalles.
Muy típico de nuestras casas rurales es el juego que todos los años inventa Luisa para que pasemos un buen rato realizando toda clase de pruebas que ella misma inventa. No os podéis hacer ni una ligera idea de la imaginación que tiene, cada año el juego es diferente y las pruebas son de lo más curradas y divertidas. Suele ser lo mejor de las casas rurales cada año. ¡Nos encanta!
Este año el lugar elegido para nuestra casa rural fue Caravaca de la Cruz, un precioso pueblo situado a unos 65 Km aproximadamente de Murcia.
La casa era espectacular, realmente extraordinaria y con unos alrededores de lujo, con un mágico encanto a naturaleza que siempre viene bien recordar parar depurarse uno mismo tras tanta rutina de coche, humo y gigantes ciudades.
Pudimos disfrutar de las Fuentes del Marqués, un paraje totalmente natural a 2 Km de Caravaca, con manantiales de agua, ideal para pasear, por mucho que nos agotáramos.
Aunque, por qué no decirlo, nos quedamos con las ganas de probar los dulces de la tierra para captar ideas para los nuestros. Aunque lo tenemos cerquita y nos encantó, así que no tardaremos en volver.
Este año nuestro amigo Carlos y mi chico, Pedro, decidieron celebrar su cumpleaños ese fin de semana en la casa rural, así que Luisa (ya que yo no tenía tiempo con otros encargos que teníamos) decidió hacerles una pequeña tarta basada en la temática de Halloween.
Hizo un bizcocho de yogur, el de toda la vida, ese que nos enseñaron a hacer nuestras abuelas y que es uno de los mejores del mundo. Aunque estoy segura de que lo habéis hecho muchas veces, por si acaso no es así, os dejamos aquí nuestra receta.
Partió el bizcocho por la mitad y utilizó un un riquísimo relleno de trufa. Ya sabéis que para hacer un relleno de trufa sólo necesitáis 500 ml. de nata para montar, 4 cucharadas de azúcar y 2 cucharadas de cacao. Mezcláis todo muy bien con unas varillas eléctricas y... ¡listo!
A la hora de decorar la tarta, la cubrió con fondant naranja y añadió varios detalles típicos de Halloween, hechos todos con fondant, como fantasmas, momias, esqueletos y arañas.
Los chicos se quedaron encantados con esta terrorífica tarta y soplaron las velas con mucha ilusión. ¡Felicidades, chicos!
¡Hasta el próximo post, mis dulces seguidores!
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